15/01/2012
Hay momentos en la vida donde queremos darnos por vencidos, donde no queremos seguir adelante, sin embargo el tiempo donde debemos ser más fieles al ayuno y la oración es cuando estamos en medio de tormentas, es ahí donde nuestra fe es probada. Si solamente confiamos y seguimos adelante, vamos a llegar al otro lado de nuestra tormenta.
En Marcos 4:35-41 vemos a Jesús cruzar el mar junto a sus discípulos, cuando de repente en medio del viaje se desata una gran tormenta que amenaza con hundir el barco. Los discípulos empiezan a entrar en pánico y despiertan a Jesús quien dormía en la popa del barco. Jesús le habla a los vientos, la tormenta cesa y los discípulos quedan maravillados. En esta historia vemos que en medio de nuestras tormentas tenemos a quien ir por ayuda; con Jesús en la barca siempre hay una esperanza. 1 Pedro 4:12 nos anima a que no nos atemoricemos al pasar por dificultades. Nunca pensemos que no tenemos más esperanzas. En estos versos el apóstol Pedro dice que las pruebas y tribulaciones no nos deberían sorprender pues todos pasaremos por ellas en un momento u otro. Dios siempre tiene propósitos en medio de las tempestades.
En Marcos 4:35, Jesús les dice a sus discípulos: “pasemos al otro lado,” A nosotros nos quiere decir que entremos a una nueva etapa en cada área de nuestras vidas. Para esto precisamente estamos ayunando. Si estamos estancados en hábitos o situaciones que no han cambiado durante años, entonces este es nuestro tiempo ¡vamos a pasar al otro lado!
La Biblia nos dice que al comenzar la tormenta Jesús estaba dormido en la popa del barco. Hay ocasiones en que parece que a Dios no le importa lo que estamos pasando, parecería que está dormido. Sin embargo nunca olvidemos que Él tiene todo bajo control. Isaías 45:14-15: “Dios se esconde pero Él es quien nos salva.” Salmos 44:23-26, nunca debemos pensar ni declarar que Dios se ha olvidado de nosotros. Salmos 10:3-11, solo los malos tienen una mala confesión acerca de quién es Dios.
Cuando hay sufrimiento y dolor cuide su confesión. En Job 23:8-11 Job dijo algo con mucha revelación: “he buscado a Dios en todo lugar y no lo he encontrado más Él conoce mi camino, me probará y saldré como el oro.” Dios siempre está pendiente de nosotros, pero quiere que vayamos tras de Él (Jeremías 29:11-13). Dios quiere que le busquemos, quiere sentir que le necesitamos. El buscar a Dios es una prueba para nuestro corazón pero hay quienes no quieren pagar el precio. Si queremos habitar en Su lugar secreto y estar bajo Su sombra vamos a tener que pagar un precio. Salmos 91:1-4. Dios quiere que seamos consistentes en buscarle. Cuando buscamos a Dios tenemos un lugar muy especial bajo la sombra de sus alas, somos la niña de sus ojos.
Hay tantos beneficios en el ayuno, en la búsqueda de Dios. En el capítulo 5 de Marcos, después de la tormenta cosas muy grandes pasaron al otro lado: un endemoniado fue liberado, una mujer que tenía un flujo de sangre por 12 años fue sanada, una niña que estaba muerta fue resucitada. Por eso Jesús nos dice “pasemos al otro lado”, al lugar donde están las respuestas y los milagros. Hay un precio que pagar, pero vale la pena pues al otro lado nos espera la liberación, la sanidad y la resurrección.
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